Esta entrega parcial consta de tres partes:

La primera presento una imagen en la que esta plasmado un dibujo de Alberto Giacometti, artista suizo que trabajaba con el expresionismo y el surrealismo, me llama la atención la profundidad que le da Giacometti en el papel a sus obras siendo también escultor.

La segunda parte de este trabajo estaba relacionada con dibujar un objeto que tuviéramos delante, en este caso cogí el primero que tenía en la estantería que era una espada que me regaló una amiga de una serie que me gusta mucho, junto a la foto presento también varios bocetos. Lo que intento siempre es dividir el objeto en partes algo más sencillas para que me sea más fácil trabajar con él.

Y por último la actividad pedía que se dibujara un paisaje con mobiliario urbano, además de tomar una fotografía. El paisaje que escogió fue el que se viene desde la puerta de mi abuela.

El dibujo que he elegido para realizar la copia es un estudio botánico de Leonardo Da Vinci. La ilustración botánica es una de mis ramas favoritas del dibujo.

Mi objeto es una silla de mi casa y mi paisaje es uno de mis rincones favoritos de Carmona, un pueblo precioso de Sevilla.

En el primer boceto de la silla me centré en las proporciones, pero no lo conseguí. Sin embargo, en el segundo boceto, el cual hice completamente a ojo, se pueden apreciar unas medidas más correctas. En este último, se trataba de jugar con el grosor de la línea para marcar las sombras. Nunca las había representado de esta manera por lo que al principio la idea no me convencía del todo, pero me equivocaba. Me sorprendió cómo un detalle tan pequeño puede hacer tanta diferencia.

Con el paisaje seguí un poco la misma línea. El primer boceto me sirvió para encajar todos los elementos dentro del lienzo, componiendo la imagen final. En el segundo me centré en estudiar y colocar las sombras. Aquí traté de jugar más con el grosor de una misma línea para conseguir aún más profundidad.

El formato que he escogido es un A5 ya que me permite llevarlo conmigo a todas partes con facilidad, lo cual me viene bien para el paisaje, y para el objeto, al tratarse de una silla, es tamaño suficiente. Además, al elegir este tamaño, también he optado por el lápiz, ya que me permite la precisión necesaria para los detalles.

He realizado mi autorretrato utilizando la mano izquierda y mirándome al espejo.. Este acto, el de mirarme al espejo, no me resulta extraño, de hecho tengo mis facciones bastante estudiadas. Sin embargo, al verme limitada a dibujar con mi mano no dominante, solo he podido destacar los numerosos lunares que se esparcen por toda la superficie de mi rostro.

Para la intervención he utilizado café para manchar una parte de la cara. Esta mancha simbolizaría el paso del tiempo que nos va consumiendo poco a poco pero, además, me he tomado la libertad de repasar las líneas que, de lo contrario, quedarían tapadas. Con esto quiero recalcar que, a pesar del desgaste físico, la esencia de uno mismo prevalece.

En esta actividad que se trataba de hacer un autorretrato, me ha resultado más gratificante de lo que pensaba, siempre que dibujaba a personas o manos no sabía cómo llegar a hacerlo para que el resultado fuera satisfactorio para mí y pese a estar lejos de perfecto me resulta genial. Al terminar lo he mirado y simplemente he pensado que para haberlo hecho con la mano menos dominante estaba bastante bien.

Hice la actividad de ambas maneras miedo a que las dos me resultaban fascinantes y quería probar que se sentía, he notado que sin mirar el papel hacía trazos más limpios en cambio de la manera en que podía ver el papel me sentía menos segura porque lo veía con constantes defectos, incluso hice varios retratos y sinceramente se tenían de vez más que lo intentaba en el reflejo del espejo.

El autorretrato esta hecho con un lápiz HB y el verde con un lápiz de cera como los que usaba en el colegio.